viernes, julio 18, 2014

'take me into your loving arms'

Estamos hechos de rotos y de descosidos. Me he dado cuenta de que la única cura a esta enfermedad causada por tu ausencia eres tú. Que recompones estos pedazos casi de forma inmediata y que me haces sentir infinita e invencible. Estamos hechos de botellas vacías que algún día llegaron a recordarnos que le importamos a alguien, y que su fin no era rompernos a pedazos. Estamos hechos de cachitos de ti, de mí, de él y de vosotros. De cachitos irremediables que no hacen más que clavarse y agrandar la herida hasta hacerla desangrarse. Heridas que se calman con tus besos. Que son cosidas contus palabras. Y que dejan cicatrices que me recuerdan a tu olor. Aún creo que he tardado demasiado en darme cuenta de que estamos hechos de putos pedazos de momentos vividos y que no van a volver nunca. De esas lágrimas que aparecen casi sin razón, más por el miedo de perder a alguien que de las probabilidades que hay de que esto suceda. Estamos hechos de versos. Unidos al compás o de forma aleatoria que forman gigantes desastres que simplemente tratan de encontrar el sentido de sus latidos quítandoselo al latido de otra poesía más. Estamos hechos de comas, de puntos y apartes y de puntos suspensivos. Que se clavan uno a uno en las entrañas y nos hacen retorcernos de dolor. Estamos hechos de las lágrimas y de los pigmentos de otras almas, que a la vez que la nuestra, buscan su dirección. Y estamos hechos de caminos... De caminos erróneos; caminos que llevan a mares preciosos o a precipicios en los que no hay más remedio que aferrarse y confiar. Porque, básicamente, estamos hechos de eso. De confianza. De caídas. De subidas y bajadas. De vidas recién nacidas o recién idas. De trozos de momentos o de fragmentos de melodías aún sin acabar, que no hacen máa que hacernos dudar hasta de nuestra propia sombra...

lunes, abril 28, 2014

Ven.
Es sólo una palabra que me describe ahora. Que me describe siempre. Siempre que no estoy contigo; o siempre que te veo desaparecer entre el amanecer. Me has dado ganas de hacer poesía a través de descosidos recogiendo los rotos y formando un puzzle desigual, pero más fuerte que nunca. 
Ven.
Ven, y haz que desaparezca el reloj. Midamos el tiempo en besos, en caricias y en suspiros
Ven y dale sentido. Dale sentido porque hace tiempo que ya todo esto lo perdió. 
Ven y formemos un historia; no con el mejor final, ni el más bonito ni el mas falso. Una historia sin final. Una historia que se mantenga colgada de tus clavículas para el resto de la eternidad. Y que no muera ni aún cuando muera yo. 
Ven, y déjame componer una canción a través de tus costillas. Déjame alojarme en ellas, y deja que me quiten el frío; debido a la inexistencia de tu calor
Ven y devuélveme la respiración. Esa que pierdo cada vez que te miro, que te beso o que te tengo. 
Ven y recomponme y dame sentido. Dame un hogar en tu pecho y una vida entera en tus caderas. 
Ven y dale cuerda al reloj que no hace más que recordarme todo el tiempo sin ti. 
Ven y acaba con los inviernos convirtiéndolos en paraísos con tu calor.
 Ven y déjame mirarte, besarte y tocarte; desde tu pelo hasta tu risa. 
Ven y acaba con las noches en camas poco cómodas y vacías que no hacen más que soñarnos juntos. 
Ven.
Porque si no vienes tú, ¿quién? Quién va a ser responsable de mis sonrisas y de mis lágrimas. Quién me va a importar más que mi vida. Y quién me va a cobijar los días de lluvia. 
Ven; y demuéstrame que no estoy sola. Que las paredes mienten y las palabras lloran sólo por felicidad. 
Ven y soñemos sobre la misma almohada; bajo las mismas sábanas y compartiedo la respiración. 
Ven y reorganiza los versos para que consigan, al menos, plasmar tu esencia. 
Ven, y baja las escaleras desde mis ojeras hasta mi sonrisa. 
Ven y dime que me quieres. 
Ven y quédate. 
Quédate una noche, entre sábanas y saliva y cafés fríos o arrepentimiento; o quédate una vida con amor, con cafés dulces y sólo ganas de volar. 
Ven, y dale sentido a mis palabras al menos... Asumo que mi vida está patas arriba, y la única cura eres tú. 
Ven, y hagamos poesía. Esta noche. O por la mañana; o por la tarde; o al amanecer; o toda una vida. Tú decides.


   Ven, porque te necesito.

viernes, marzo 07, 2014

Quiero que sepas que me encanta perder el tiempo si es pensando o haciendo algo relacionado a ti.
Que me encanta perderme en tu mirada hasta encontrarme entre tus brazos y demostrarte, como puedo, que te quiero.
Y esque, te juro, que no hay formas de expresarte más allá de unos versos arrugados que buscan, perdiéndose más y más, tu calor.
Que me encantan los días vestidos de triste si tienes preparada tu sonrisa para hacerme ver las diferentes tonalidades grises cada una de un color.
Me encantan, también, todas las veces que me he matado junto a la inclinación de tu cuello, causando daños irreparables que no hacen más que hacerme cada día más feliz. Juro que me siento tan infinita cada vez que recorres la curvatura de mi presencia con tus pequeñas perfecciones; y tan efímera cuando desapareces, fugaz, en medio de la nada y el todo sumidos en uno.
Me encantan esos pasos agigantados que doy y me siento a millas de distancia de lo real, si estoy contigo, más lejos que nunca. Que me encanta perderme entre tus lunares, y juro, deseo no encontrarme nunca.
La única forma de hacer de la tragedia algo bonito y de llover un poco más es revolviendo en todo este caos que forman las estelas que se agrupan cada noche para recordarme que estoy aquí por y gracias a ti.
Y te juro, que nunca me he sentido tan estúpida y tan bien a la vez. Que tus palabras tienen una magia que hace que me sienta en las nubes, siendo tú mi paracaídas. Que me gusta el aire si, y sólo si, lo compartimos tú y yo.
Esa capacidad de conseguir que cualquier lugar sea especial gracias a tu presencia. Te digo, que ahora mismo no encuentro razones más fuertes e irrompibles como tus ojos que expliquen mi existencia.
Y que me encanta tu forma de darle al play, cada vez que te acercas y me besas, y de poner en repetición y a todo volumen la banda sonora de mi vida. Tu voz.
Haces que me sienta más loca que nunca y que le vea el sentido a un puñado de palabras que sólo intentan explicar lo que es la felicidad, cosa que es imposible.
Que si hasta ahora no conocía ni creía en la perfección, era porque no me había percatado de tu sombra que es jodida y rematadamente hiperperfecta.
Que me encanta tu forma de rellenar todos los huecos sobretodo de mi corazón y de hacer que las cicatrices sean pequeñas perfecciones. Que ser una ruina por una vez es algo positivo (por no decir genial) que me ha unido a ti.
Ruina que nos une y nos desune a su antojo.

domingo, febrero 23, 2014

por todo lo que se va, cuando lo necesitas.

Me lleno la boca de palabras que me vienen grandes como tu nombre, tu presencia o tu voz.
Todos decidimos el tema de fondo o de segundo plato, y te aseguro que tú serías el primero, el segundo, y hasta el tercero si me apuras.
Todas las distancias recorridas a través de tu sonrisa se me quedan cortas comparadas con las ganas de tenerte. Con lo que te quiero yo.
Cada una de tus palabras que revuelven poco a poco mis entrañas y me dan ganas de seguir. Seguir con esto, conmigo y con todo. He aprendido a dejar de quejarme por cosas ya que a la mínima retrocedes y vuelves a hacerme sonreír. Incluso sin querer. Mejor dicho, la mayoría de las veces.
Me has enseñado a valorar los sueños que parecen estupideces, y me has enseñado a cre(e/a)rlos.
Me has dado escondite para las noches en vela y sin tu voz, que se hacen eternas. Me has hecho sentirme tonta de diez mil maneras diferentes, y te juro, todas ellas simplemente me hacían feliz. Como cuando reparas en las pequeñas imperfecciones de alguien, y te das cuenta de que estas, le hacen aún más perfecto.
Que no me hace falta un escudo para los días absurdos si aprendo a contagiarme de tu risa. Que cada vez que no te llamo vienes. Que me has enseñado a ponerme los zapatos destrozados y bailar, aún bajo la lluvia, sobretodo bajo la lluvia. Que las repeticiones traen cosas buenas si consiste en repetir el contacto contigo cada dos por tres. Que veía casi imposible el hecho de depender de una sombra, pero ahora, me doy cuenta de que tu sombra es mi vida.
Que me gustan los lunes si vienen acompañados de tus buenos días. Los domingos llegan a ser hasta entrañables si son para perder el tiempo contigo. Y que los días grises, cobran color gracias a tu presencia.
En realidad, desde que has llegado, le das sentido a mis palabras y a la vez las pones patas arriba. Me descolocas dentro de tu seguridad y me haces llorar de alegría.
Eres como el momento exacto en el que estás pensando en una melodía y de repente empieza a sonar en la radio. Eres felicidad. Eres tristeza. Eres frío, eres calor. Eres Roma, eres Venecia. Eres las ganas de volar. Eres amor.

jueves, enero 09, 2014

sin título

Creo que lo normal sería comenzar desde el principio y explicar las razones de todo esto. Pero, ¿cómo empezar? Realmente no creo que haya un principio. Ni que llegue el final. Simplemente me siento rota. Vacía. Inútil. Frágil. Hay demasiados adjetivos. Demasiados que demuestran lo jodido que va esto. Esto llamado "vida".
Realmente creo que hay veces que llegas a tal punto en el que todo lo malo llega a ser bueno, o, simplemente, lo pasas por alto. ¿Sabes? Lo típico, tantas cosas malas que ya te acostumbras. Sí, lo típico, pero es la realidad. También llegas a un punto en la que la única forma de encontrarte es perderte, y en el que la única forma de rehacerte es con unos cascos y con un volumen elevado. No creo que sea nada nuevo para nadie. Todos nos hemos sentido mierda alguna vez. Esto se vuelve complicado cuando llega a ser lo mismo todos los días, todas las semanas, todos los meses... Como un bucle eterno e inútil. Porque llegas a ver hasta la acción de levantarte cada mañana inútil. Y llega a ser difícil.
Es difícil verse un estorbo. La mayoría tiene su lugar en alguna parte. Lo malo es cuando no te sientes agusto, ni aquí, ni allí, ni más lejos. Es como un logaritmo para un niño de primaria. Todo es más fácil cuando llevas al lección aprendida, no cuando debes enfrentarte a ella de golpe. Enfrentarte a ella y a ti.
Hay un punto en el que no te sientes, no llegas a ser nada. Estamos en ese punto. Puedes reír, puedes llorar, pero no sientes nada. Es como si estuvieras... Como si no estuvieras.
Lo que se te daba bien comienza a dársete mal, y lo que te gustaba ahora te es indiferente.
Dicen que hay que aprender a caer antes que aprender a andar, pero ignoran que es imprescindible levantarse para ponerse en marcha. Si todo son caídas, simplemente, te hundes más.
También dicen que cuanto más empinada sea la cuesta, mejores vistas tendrás al llegar al final. ¿Y si es una cuesta eterna? O digamos, no eterna, efímera. Y justo cuando decides rendirte, estás a punto de llegar al final, a la cima, a la cumbre, a lo alto. También ignoran la putada que es llegar a lo más alto, y volver de nuevo al principio por narices.
En este mundo se ignoran demasiadas cosas. Hay gente que ignora el amor, la amistad o la salud. Realmente no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes. ¿Y si lo has perdido todo? Sólo puedes resignarte a recuperarlo. O a sobrevivir sin ello. Pero es difícil seguir sin nadie. Al fin y al cabo, algo tiene vida en el mismo momento en el que da vida. ¿Si no tienes a nada a lo que darle vida estás muerto?
Es complicado averiguar estas cosas y aún más complicado sentirse así y apenas entenderlo.
Caminar sin un fin, sin un rumbo, y sin saber apenas si vas a llegar a tu meta.
Y lo jodido está en cuando se acaba tu banda sonora. Esa que le da un sentido a tu vida, esa que pensabas que estaría siempre ahí, pero que ya no está.
Y cuando el mundo gira, pero tú sientes que no giras con él. Cuando no puedes hacer nada más que refugiarte en tus lágrimas. Y entonces te das cuenta de algo que todo este tiempo has estado ignorando. Necesitas un rescate. Un héroe sin capa y con ojeras.
Al fin y al cabo, las personas que mueven el mundo, son las que lo paran sólo para darle sentido al tuyo.

miércoles, enero 08, 2014

" Amor mío, mi amor, amor hallado de pronto en la ostra de la muerte. Quiero comer contigo, estar, amar contigo, quiero tocarte, verte. Me lo digo, lo dicen en mi cuerpo los hilos de mi sangre acostumbrada, lo dice este dolor y mis zapatos y mi boca y mi almohada. Te quiero, amor, amor absurdamente, tontamente, perdido, iluminado, soñando rosas e inventando estrellas y diciéndote adiós yendo a tu lado. Te quiero desde el poste de la esquina, desde la alfombra de ese cuarto a solas, en las sábanas tibias de tu cuerpo donde se duerme un agua de amapolas. Cabellera del aire desvelado, río de noche, platanar oscuro, colmena ciega, amor desenterrado, voy a seguir tus pasos hacia arriba, de tus pies a tu muslo y tu costado."

lunes, enero 06, 2014

-

Bueno. Creo que este es el final. Con todo el amor que he podido dar en toda mi vida, te deseo lo mejor. Te deseo lo mejor, y te felicito.
Me hiciste feliz, mucho. Lo conseguiste. Conseguiste engañarme, conseguiste hacerme sentir 'otra más' en tu lista, cuando antes me creía única. Enhorabuena. Me has dejado rota, y te has librado de recoger los pedazos. Me has hecho arrastrarme, llorar y hasta sentirme culpable. Lo volvería a hacer... No me siento mal por ello. Yo sentí. Y lo hice de verdad. La que está destrozada ahora soy yo. ¿Y tú qué?
Quiero pensar que algún día te llegará lo que mereces.
No quiero. Y cuesta. Cuesta tanto que me hace sentir tal vacío en el pecho... En la vida...
Te pediría de nuevo mis alas. Pero dudo que ya no sirvan absolutamente de nada. Están destrozadas, como mi sonrisa, como yo, como mi mirada y como mis ganas.  Me has quitado toda la esperanza, toda la confianza. Y el golpe de suerte duele el doble cuando caes al suelo. Es jodido. Y más aún sin ti. Pero no puedo retenerte. Tú decidiste ir. Y yo, ahora, decido poner punto y final, en donde continuamente colocaba puntos suspensivos.

jueves, enero 02, 2014

fuimos una bonita casualidad

Sin saber cómo, llegaste a mi vida. ¿Nunca has sentido que tienes un futuro ya escrito con alguien, y que tan sólo te falta encontrar a ese alguien? Tú fuiste ese alguien. Supongo que ese es el motivo por el que en mi mente lo sigues siendo. Me he aferrado demasiado a la idea de un futuro, contigo. Nuestro futuro. Creo que en el momento en el que te conocí fue cuando comencé a creer. A creer en mí. A creer en la felicidad y a creer en el amor. Me has hecho comenzar a pensar por mí misma, y eso me ha llevado a un túnel sin salida. A las preguntas que me hacía, no encontraba respuestas. Y tus pistas se veían tan absurdas y borrosas que no hacían más que entorpecerme demasiado. Nunca me quise librar de ti. Me costaste cien vidas, y aún así quería seguir perdiendo. Perdiendo a tu lado. Creo que no hay nada más bonito que eso, ¿no? Prefiero un infierno contigo que el mayor de los paraísos sin ti.
 Supongo que en una mente realista no cabe la posibilidad de depender de nadie, pero te necesito. Necesito tu respiración, tu voz, tu aroma, tu risa. Necesito tus mentiras. Sabes... Si a esas alturas seguía fingiendo no era por nadie más que por ti. Por nosotros. La única forma de estar a tu lado era creerme tus asquerosas mentiras. Por eso acabé hecha polvo el día en el que ni te molestaste en mentirme. Se vive feliz en la ignorancia, hasta que comienzas a darte cuenta de la realidad. De que los minutos pasan, y de que algún día se volverán clavos sin ti. De que no puedes volar sin un motor. Y de que, en lo alto te sientes de puta madre, pero en la caída ya no tanto. Supongo que siempre he vivido cansada de los golpes, pero a tu lado, estos de hacían más llevaderos. Al menos tenía una razón por la que sufrir. Aparentemente. Tu eras la razón, el motor y a la vez la caída. Te he necesitado más que a mi vida y no sabes lo que estaría aún dispuesta a dar por ti. Eras mi futuro.
 Fuiste la casualidad más bonita con la que me he topado en toda mi vida. Pero te marchaste igual que llegaste. Las casualidades no son buenas, son efímeras, son finitas. Aparentemente no, pero en la realidad sí.
En fin. Sigo en proceso de rehabilitación. Sigo amando, necesitando y esperando de nuevo esa casualidad.
'no podemos remar en contra de nosotros mismos...'
'he cruzado océanos de tiempo para encontrarte'

;

  • "Las ventajas de ser un marginado"
  • "Bajo la misma estrella"
  • "Nunca seré tu héroe"
  • "Si tú me dices ven... Lo dejo todo, pero dime ven"
  • "El libro amarillo"
  • "Claudia"